Muchos vecinos conocieron a Anthony Hayes en la escuela secundaria. Después de mudarse a Burien desde Nueva Orleans, se convirtió en un jugador estrella de fútbol americano de los Highline High School Pirates. Su personalidad extrovertida, combinada con el amor por la comida y los restaurantes, lo llevó a abrirse camino en la industria de los restaurantes y, finalmente, a abrir su propio restaurante, Classic Eats.
Incluso antes de la pandemia, Hayes trabajó arduamente para crear un restaurante que sirviera como lugar de destino, que atrajera a visitantes de toda la región y que les diera a conocer los encantos del vecindario de Olde Burien. Trabaja incansablemente para promover la comunidad de Burien y mejorar los negocios vecinos.
“Todos nos ayudamos en este vecindario”, afirmó Hayes. “No se trata de competir. Todos nos beneficiamos cuando uno de nosotros tiene éxito”.
Ha creado un ambiente en su restaurante en el que la hospitalidad y la alta calidad del servicio al cliente han hecho que muchos miembros de la comunidad consideren su restaurante como un querido “tercer lugar” de reunión.
“Tal vez sea porque soy de Nueva Orleans y la hospitalidad es muy importante”, explicó Hayes. “Este restaurante se trata tanto de la sensación que tienes al comer aquí como de la comida”.
Cuando comenzó la pandemia, su restaurante, como todos los demás, tuvo que dar un giro rápido. A pesar de las dificultades, mantuvo sus puertas abiertas durante la pandemia, y contrató y asesoró a jóvenes adultos locales nuevos en la industria de los restaurantes cuando su negocio se vio afectado por la escasez de empleados. En el caso de los que deseaban quedarse, mantuvo al personal contratado, incluso cuando otros restaurantes cerraban, lo cual suponía un sustento vital para esos trabajadores.
“Contratamos a jóvenes de 18 años al principio de la pandemia y todavía trabajan con nosotros”, comentó Hayes. “Son chicos de la zona, y después de enseñarles lo que tienen que hacer, han sido un verdadero recurso para el negocio”.
Hayes recurre a su amplia red de amigos y clientes para ayudar a sus compañeros de la comunidad: organiza eventos para recaudar fondos para organizaciones locales, dona alimentos a organizaciones locales y recauda dinero para familias individuales necesitadas.
Eliot Baker, su viejo amigo y compañero de Highline Pirates, quien lo nominó para el premio Ciudadano del Año, lo describió como un “pilar de la comunidad”. Dio un ejemplo de la personalidad de Hayes en la nominación.
“Una vez le envié un correo electrónico a Anthony en el que le decía que mi padre de avanzada edad tenía dificultades para cocinar. Anthony le envió a mi padre comida preparada para 12 días. Siguió haciéndolo sin pedir pago alguno durante la pandemia”.
“El hecho es que ayudó a mucha gente durante la pandemia, incluidos sus empleados”, afirmó Baker.